domingo, 29 de mayo de 2011

Semana de la Patria y debate de ideas

30 de Mayo de 2011
Por Homero Cymes
Semana de la Patria y debate de ideas

Esta semana cumplimos el primer año hacia el tricentenario que, aunque seamos longevos, sólo llegaremos a disfrutar este trayecto, que será de enorme trascendencia e intensidad ya que ha comenzado así, con grandes debates sobre los proyectos de sociedad que se plantean desde las distintas perspectivas filosóficas e ideológicas. 

Causalmente, el pueblo argentino se ha concientizado de que es sumamente necesario ser parte de estos debates, que hacen a la historia, porque de allí se construyen los modelos de inclusión y exclusión, las identidades nacional y transnacional, los sentidos popular y antipopular, los espíritus colectivo e individual, etc. Uno elige de qué lado quiere defender sus valores e intereses. Nosotros tomamos la nuestra.

Siguiendo la línea galassiana, si se permite, sostenemos que la Revolución de Mayo ha sido efectivamente un suceso revolucionario, ya que ha servido para desplazar al poder real imperante con un indudable apoyo popular, o como decía el gran Scalabrini: el apoyo de la patria sublevada. Esto acaeció en un momento histórico en el cual los levantamientos populares en el continente eran sucesivos, es decir, desde nuestros inicios como patria nos hemos identificado con las luchas dadas en nuestro territorio. Las consecuencias de esta revolución no han sido en beneficio de los intereses de las mayorías, sino principalmente en favor de la burguesía comercial asociada al capital inglés.

201 años después de aquella gesta patriótica, observamos que el debate actual es un debate que proviene de lo más profundo de nuestros orígenes como nación, ya que la confrontación de ideas que se manifiestan en absoluta libertad en los diversos y múltiples medios de expresión existentes, es el reflejo de los proyectos en pugna que han estado presente en todo momento.
En un mundo globalizado, con una tendencia a la concentración del poder económico cada vez más fuerte, e injusto para los intereses populares, la región en la que vivimos y la que amamos entrega al mundo un ejemplo de unidad, dignidad, valor y optimismo recuperando la fuerza patriótica y emancipadora que dio su origen y nacimiento.

Creemos que en estos años, nuestro país está dando un giro copernicano en relación a la mirada latinoamericanista en la cual se posiciona en la actualidad, contraponiéndose a la visión yanqui-europeísta-dominante que los defensores del neoliberalismo y el pensamiento único pretendieron instalar hasta la eternidad.

 El debate continúa, porque las ideas no cesan. Está bien que así sea. No dejemos que se apague el fuego.

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