17 de Agosto de 2011
Por Homero Cymes.
CFK 2011. Somos la mitad más uno.
Han pasado unas elecciones históricas, donde por primera vez hemos elegido a los candidatos a los máximos cargos ejecutivos y legislativos en todo el territorio nacional para las elecciones generales que se desarrollarán el próximo 23 de octubre, con un nivel de participación popular superior a cualquier otro comicio reciente.
Nosotros estuvimos en varias escuelas del sudoeste de la Ciudad de Buenos Aires, fiscalizando para nuestra fuerza política. Observamos a los argentinos que iban a dar su sufragio: la mayoría estaba alegre, con entusiasmo, sintiéndose protagonista de esta época que se resalta por la defensa irrestricta a los valores impregnados de nuestra (no tan) joven democracia.
Todos los que votamos a favor de la continuidad de este proyecto político transformador y restaurador, lo hicimos por una cantidad de motivaciones y convicciones que explican acabadamente la gran elección de Cristina Fernández de Kirchner.
Algunos de los fundamentos por los cuales hemos puesto todo de Nosotros (este Nosotros significa un colectivo de miles y miles de argentinas y argentinos identificados con este Proyecto) para garantizar el triunfo del domingo pasado tienen que ver con las realidades y expectativas que millones de compatriotas sostenemos con mucha fuerza. El voto se relaciona con esto: con la percepción de cómo estamos y por lo que vendrá o puede llegar a venir.
Este proceso político iniciado en 2003 se ha caracterizado, en mi perspectiva, por dos grandes ejes: la recuperación del poder político, de la iniciativa política desde el lugar con mayor legitimidad, la Casa Rosada; y la restitución de derechos sociales y civiles más importante de los últimos 50 años.
¿Por qué son tan esenciales estos ejes para poder lograr una sociedad con más igualdad, con más independencia, con más soberanía, con más felicidad?
Cuando hablamos de estas banderas, no estamos hablando de meras consignas vacías de contenido, sino que estamos señalando que a estas convicciones se las contienen y nutren desde el instrumento por excelencia que nos dio la Historia: la Política.
El modelo excluyente, noventista, neoliberal dejaba a la sociedad librada a la voluntad del "Dios Mercado", como consecuencia de esa política decidida desde el Imperio del Norte, el pueblo argentino vivió un catastrófico diciembre de 2001 y lo recuerda, tiene memoria.
En Mayo de 2003 nace un proyecto político diferente, que venía a modificar las relaciones de fuerza, a alterar el dominio del mercado por sobre la voluntad popular. Y eso permitió salir de esa situación fulminante, el Presidente de ese entonces, Néstor Carlos Kirchner, tomó el toro por las astas y comenzó a darle dignidad a los dignos, felicidad al pueblo argentino, desde la Política.
Parece que esto fue hace una eternidad, pero apenas pasaron 8 años, y el Pueblo no ignora lo acaecido, expresa su satisfacción por los logros y pide por más definiciones en favor de los intereses nacionales.
Gracias a la Política, hoy tenemos conquistas sociales que las defenderemos con nuestras vidas: trabajo, asignaciones, pensiones, jubilaciones, educación, derechos humanos, obras públicas integradoras, derechos civiles, democratización de la palabra, y las conquistas siguen...
El Pueblo Argentino no se olvida, por eso reconoce la realidad y apuesta a la profundización de las transformaciones, a mejorar lo que no se hizo bien, pero desde un nuevo piso, ya que estas conquistas le pertenecen a la sociedad toda y no se negocian.
El resultado electoral está a la vista, somos la mitad más uno los que dimos el apoyo a quien expresa y sintetiza esta realidad nacional: Cristina Fernández de Kirchner.
