lunes, 23 de mayo de 2011

Listas Representativas y No Representativas

Por Homero Cymes
Lunes, 23 de Mayo de 2011


Listas Representativas y No Representativas

Este sábado que ha pasado, una vez más, los partidos y las alianzas políticos de la Ciudad de Buenos Aires han terminado de  decidir quiénes son los hombres y mujeres que los van a representar para los cargos de Jefe de Gobierno, Vicejefe de Gobierno, Legisladores y miembros de las 15 Juntas Comunales. Hasta aquí todo normal y corriente, ya que legalmente se ha cumplido con las reglas de juego que marca la normativa vigente y con los plazos correspondientes.

El punto que se quiere relevar aquí es cómo se llevó a cabo la elección de los candidatos del kirchnerismo, del cual nos sentimos parte y es la cuestión que nos interesa, y si esto es saludable y celebrable o estamos en un tiempo de contrapuntos preocupantes, ya que pueden determinar problemas presentes y futuros al momento de pensar en el desarrollo y el trabajo de una construcción política que genere la acumulación de poder popular suficiente para defender los intereses del pueblo y profundizar en la distribución justa de la renta nacional, entre otros grandes desafíos.

El sistema de elección de candidatos imperante en esta oportunidad, como en otras, ha sido la dedocracia, esto significa que una especie de aristocracia política encerrada en un ámbito hermético toma decisiones por el conjunto de las fuerzas políticas - grandes, medianas y pequeñas- y definen desde el primer legislador al último comunero como si el colectivo político le haya asignado esa legitimidad, le brindó los votos necesarios para esta intervención trascendente o posean un conocimiento superlativo y acabado sobre todos los pormenores de la política porteña.

Creemos que este sistema no es el camino para continuar el rumbo político, no sólo porque no es democrático, sino también porque trae una sensación de frustración a quienes militan y ponen sus esfuerzos en el trabajo social, en los barrios, en las unidades básicas, en los locales, en los comedores comunitarios, en las sedes vecinales, es decir, en los trabajos de base, que existen y son muchos cuantitativa y cualitativamente.

Nosotras y nosotros queremos poner nuestros cuerpos a este proyecto político, porque lo hacemos propio con nuestra práctica cotidiana, cuando hablamos con las madres en lucha contra el consumo de pasta base y nos planteamos una serie de acciones, cuando asistimos a los chicos y chicas que requieren ayuda escolar y realizamos una continuidad y seguimiento del mismo, cuando acercamos información acerca del cuidado y la educación sexual a las y los adolescentes más vulnerables, sobre el acceso a las pensiones y otro derechos que algunas veces no llegan al que le tiene que llegar, cuando brindamos un crédito a un emprendedor de la economía social para integrarlo y fortalecerlo, cuando debatimos entre los compañeros y compañeras o con los vecinos no organizados sobre cómo nos afecta la concentración económica mundial y cuáles son las luchas que estamos  dando contra las corporaciones que encarnan la exclusión y la postergación de nuestros anhelos, entre otros labores, es decir, nos parece que quienes tenemos algo que expresar desde la acción estamos excluidos de las decisiones fundamentales para ahondar en las reivindicaciones que bregamos desde el campo popular.

No somos los únicos que sostenemos este pensamiento, sabemos que varias organizaciones populares, con las que trabajamos y militamos, comparten esta misma reflexión y somos optimistas de que vamos a lograr el cambio que garantice la emancipación del pueblo. Porque eso nos enseñaron, que lo imposible es posible. Es cuestión de intentarlo colectivamente.

1 comentario:

  1. He constatado la sensación de frustración en muchas/os militantes debido a la metodología de conformación de listas. Comparto tu reflexión y tu optimismo. Un abrazo, Alejandra.

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